Seguramente que en los años noventa llegaste a ver los dispositivos cuadrados y normalmente oscuros que la gente llevaba colgados en sus cinturones y que entre otras cosas, contaban con una pequeña pantalla alargada y horizontal, además de unos cuantos botones.
Pues bien, se trataba de los beepers, también llamados “bípers” o mansáfonos y como esta última palabra lo indica, eran dispositivos para comunicarse por medio de mensajes.
Pero ¿cómo funcionaban? hay que recordar que no eran como los actuales teléfonos celulares o tabletas que se conectan a internet y con los que puedes enviar mensajes mediante aplicaciones dedicadas a este fin.
Muchos beepers servían únicamente para recibir los mensajes que se enviaban a través de llamadas telefónicas cuyo propósito era recitarle a una operadora el mensaje que querías hacer llegar.
Una vez dictado el recado, procedías a indicar el número o código del beeper en cuestión para que la operadora le hiciera llegar el texto con el clásico tono de alerta: “beep”.
El mensaje siempre debía ser lo más corto que fuese posible.
Cabe mencionar que los localizadores, como también se les llamaba, existían desde los años 50´s o al menos ya comenzaban a aparecer en aquella época, pero no fue sino hasta los noventas que se popularizaron pues los primeros celulares sólo servían para hacer llamadas y no contaban con mensajería de texto.
Además los beepers eran más baratos que los celulares.