Maní: El pueblo maya que experimentó la ira de la Inquisición

En el estado de Yucatán, a unos 90 kilómetros de Mérida, su capital, se ubica uno de los asentamientos humanos más antiguos del Mayab: Maní.

Significado de la palabra Maní:

Este término hace referencia a la palabra Manik (día del calendario maya alusivo al venado), aunque otros lo traducen como “lugar donde todo pasó”.

Poderío maya en Maní:

La información pública proporcionada por la Secretaría de Turismo determina que gracias a las exploraciones realizadas en Tipikal, es posible estimar que entre los años 100 y 400 antes de Cristo ya existían asentamientos humanos en Maní.

Tras la llegada de Aj Mekat Tutul Xiu en el año 869, procedente de Nonohualco, la zona fue controlada por la dinastía de los Xiues, quienes conformaron el último cacicazgo establecido en el Mayab precolombino, y cuya área de influencia se extendió a Uxmal, Mayapán.

Las consecuencias de la Inquisición

Debido a la posterior intervención europea en territorio americano, la historia de Maní se entrelaza fuertemente con la de Fray Diego de Landa, quien es visto como el mayor responsable del llamado “auto de fe”, en el cual fueron quemados muchos ídolos y la mayor parte de los códices mayas.

El propósito de este acto fue hacer que los habitantes del Mayab abandonaran por completo sus creencias religiosas y abrazaran la fe católica.

Legado católico en “el lugar donde todo pasó”:

Después de tantos años, aún se encuentra en pleno funcionamiento la iglesia de San Miguel Arcángel.

Se trata de un templo construido con altos muros de cal y canto. En ellos es posible observar algunas piedras labradas que pertenecieron a los antiguos edificios mayas, antes de ser usadas para edificaciones coloniales.

Este bello recinto está conformado por una sola nave, con bóveda de cañón corrido, cuyos retablos interiores fueron restaurados en 2003, según se detalla en información publicada por el INAH.

El conjunto arquitectónico es completado por un claustro-fortaleza, una capilla abierta, un huerto y  el atrio, que mide más de siete mil metros cuadrados.

La superficie total abarca 20 mil 500 metros cuadrados, 1,500 menos que la explanada del zócalo de la Ciudad de México.

Caminar entre los pasillos de este lugar y admirar sus detalles es una experiencia capaz de transportar al visitante a otro tiempo y lugar; uno que si bien fue convulso, también dejó grandes enseñanzas y honda huella en la identidad del Yucatán contemporáneo.

Un pueblo mágico y vivo, apegado a sus raíces

Actualmente, Maní es una población hermosa y pintoresca, con una fisonomía envuelta en un primoroso ambiente de villa colonial. Las calles del centro son flanqueadas por pequeñas casas de colores y, como ya pudimos ver, el lugar es coronado por el hermoso conjunto sacro construido por los frailes.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el número total de habitantes es aproximadamente 5,637, y es muy notable que, de ellos, 4,118 dominan la lengua maya.

Otros atractivos de Maní

Destaca un cenote al interior de una caverna, y aunque no cuenta con acceso para nadar, debido a su estructura, sí es posible visitarlo.

Muchos lugareños afirman que metafóricamente es una entrada al inframundo. 

Otro aspecto que hace destacar a la ciudad de Maní en el estado es un platillo delicioso llamado Poc-Chuc. Se trata de carne asada al carbón, tal como lo indica su nombre, puesto que la palabra poq, significa asar en maya, y chuc, carbón. 

Una gran variedad de restaurantes y fondas ofrecen este platillo en la localidad.

En cuanto a las tradiciones populares de los actuales pobladores, la fiesta más importante se realiza cada año del 15 al 24 de agosto, y es en honor de la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de la Asunción. Aunque la fiesta del santo patrono, San Miguel Arcángel, es celebrada por la iglesia católica el 29 de septiembre en todo el mundo.

Debido a su belleza y los tesoros históricos que aún resguarda, Maní ostenta, desde el 1 de diciembre de 2020, el título de pueblo mágico, y en verdad es un lugar encantador y lleno de historia que vale la pena visitar.

Publicado por Blúneid

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